jueves, 12 de julio de 2012


EL CONOCIMIENTO ENTRE HOMBRES Y MUJERES EN UNA NOVELA DEL SIGLO XIX: JANE EYRE
Para iniciar, debo decir que me parece interesante reflexionar en torno al libro de Charlote Brontë, Jane Eyre. El libro apareció por primera vez en 1847, desde su aparición fue un éxito. La obra da cuenta de la vida de una joven huérfana: Jane Eyre. En este aspecto, podemos hacer una primera observación, la protagonista no fue educada por la autoridad de un hombre, es cierto que los hombres no dedicaban tiempo a la educación de los niños, menos para con las niñas, sin embargo no podemos perder de vista que la presencia de un padre o un hermano, era significado de protección. La protagonista carece además de un hogar, de este modo se nos presenta como una niña y después  mujer, carente de todo tipo de protección.  No obstante a lo largo de su vida las figuras masculinas fueron seres que permitieron los cambios más importantes en su vida, como el tío que la recogió cuando quedó huérfana, el doctor que la atendió y cuya influencia permitió a la joven Eyre salir de Gateshead Hall; el implacable Sr. Brocklehurst, bajo sus severas reglas se educó la protagonista y se delineó su personalidad; el  mismo Rochester y St. John, que le permitieron conocer los opuestos de las relaciones amorosas.

Observamos entonces que esas figuras masculinas delineadas  por la autora pueden ser organizadas en dos grupos: aquellos que pueden entender la condición humana de la protagonista y los que no. De este modo aborda un tema que me parece crucial en los estudios de género, el conocimiento que debe haber entre los seres humanos, no sólo de las características físicas o biológicas que distinguen a todos los sujetos, sino de aquello que precisamente nos hace “ser”. De ahí que la protagonista se describa así misma como un “ser”, en diversos párrafos hace referencia a su ser libre, a su ser consciente, su ser individual, etc.; es decir aquello que la identifica como Jane Eyre y la hace única. En este sentido además se aborda y se hace evidente la importancia del autoconocimiento.

La comprensión de la protagonista de las figuras masculinas es también relevante en el establecimiento de sus relaciones, estas dan pauta para percibir cómo se van dando y cómo las afronta, es decir hasta cierto punto alejados de la dominación social, política (podemos mencionar que incluso económica), vigente en las formas de comprensión de la sociedad de la época y del país; pero en otros aspectos apegadas a ellos; así observamos las diferencias en el trato que les da a criados, servidores, y señores de la casa; su relación con unos es, de superioridad, por su posición de institutriz y se minimiza ante los señores, precisamente por su posición. Sin embargo en el fondo la protagonista se siente igual o superior a ellos, nuevamente su argumento se sustenta en su individualidad y una persistente consciencia de que es un ser libre.

De este modo se hace evidente que el texto introduce a lo complejo de las relaciones entre hombres y mujeres, cuyo conocimiento está lleno de usos y significados, estos son los medios por los que se construyen las relaciones de poder, dominación y subordinación.