Dentro del cine mexicano, Mimi
Derba tiene un lugar muy especial, fue una mujer reservada, pero con mucha
personalidad. Su contribución al desarrollo del cine en México fue
trascendental, pues su actividad no se ciñó sólo a ser actriz, sino, como se
demostrará en este escrito, abarcó otros campos lo que la convirtieron en una
mujer excepcional, es decir, dentro de su vida pública fue una mujer prolífica,
siempre deseosa de aprender y emprender, y dentro de su vida privada ocupó el lugar de
proveedora económica de una familia que por tradición estuvo conformada por
mujeres, pues los hombres siempre estuvieron ausentes, ya por muerte, abandono
o por ocupar puestos incompatibles con la vida familiar, como el ejército. Para
comprender la afirmación anterior, basta con dar a conocer que perdió a su
padre cuando era muy joven, y a sus hermanos años después, Jorge murió en 1906
y Carlos sería fusilado en 1915. Se casó con un militar en 1930, pero el
matrimonio duró un año, pues trasladaron a Raúl de Alba, su marido fuera de la
capital, aparentemente Mimi no lo quiso acompañar pues ello implicaría
abandonar su carrera, a lo que no estaba dispuesta. Anuló su matrimonio, antes
de que Raúl apareciera demente en la sierra de Puebla, después de desertar del ejército
y desaparecer por años.
Al parecer, a pesar de vivir en
el mundo teatral y cinematográfico, siempre mantuvo una vida privada recatada,
producto de valores morales muy fuertes, aunque tenía una gran adicción por las
apuestas.
En el ámbito artístico destaca
su profesionalismo, nunca olvidó sus líneas, en su actuación siempre tuvo en
sus actuaciones una sobriedad innata que hacía que las escenas convencieran a
los directores desde el primer ensayo; sin embargo era un ser poco carismático.
Se recuerda aun su porte garboso y elegante con que le daba vida a sus personajes;
en los sets casi no hablaba con nadie y mantenía su vida privada en absoluto
secreto; se entretenía tejiendo, a veces jugaba ajedrez con quienes se
interesaban en el juego; pero la mayor parte del tiempo se mantenía en absoluto
silencio.
Por
otra parte, Mimi pertenece a un grupo de mujeres que participan de la empresa originaria del
cine nacional, junto con las hermanas Ehlers y Beltrán Rendón; indudablemente
son mujeres involucradas en los grandes cambios de la época. Se caracterizabn
por ser politizadas, antiporfiristas, trabajaban y eran independientes. El
clima social de esos años debió ser de gran optimismo y participación social.
Los ideales liberales se reafirmaban con fuerza, rayando en los límites con la
ideología revolucionaria de la justicia social. Así las mujeres forman parte
activa de este proceso: fundaban clubes políticos, organizaban manifestaciones
callejeras en apoyo a los obreros y por el sufragio femenino, que no logran,
por cierto, sino tres décadas después; se lanzan de voluntarias al frente de
batalla bajo la bandera de la Cruz Blanca Neutral y organizan las huelgas de
cigarreras y cerilleras. Esta beligerante participación social encuentra otra
imagen, quizá más conocida, en las soldaderas zapatistas.
He dividió este pequeño trabajo en los tres
ámbitos en los que se desarrollo Mimi, todos vinculados con la creación artística,
en los que desempeñó distintas labores de forma exitosa.
TEATRO (ACTRIZ Y ARGUMENTISTA)
Perteneció a una familia de
clase media, nació en la ciudad de México y sus padres fueron la escritora
Jacoba Avendaño y del Juez Juan Francisco Pérez de León, fue registrada bajo el
nombre de María Herminia Pérez de León; fue la última de cuatro hijos (Angelina
(1887); Jorge (1889), Carlos (1891)); desde muy pequeña le dijeron Mimi, nombre
que usaría durante toda su vida.
Su padre murió en 1898, pero
dejo a sus hijos una pequeña fortuna para vivir cómodamente. Su madre, por su
parte de ideas liberales, les inculcó la lectura y la sensibilidad artística.
Por ello no es extraño entender que tuviera el apoyo de su familia cuando
decidió cantar por vez primera con la compañía de zarzuela Hispano Mexicana en
1911 en el teatro Peret de Cuba. Esta primera presentación como segunda tiple,
le abrió las puertas para presentarse en el Salón Rojo de Jacobo Granat, en un
concierto a beneficio del compositor Gascón en noviembre de 1912. Después se
presentaría en el Teatro Lírico y en “la catedral de las tandas, El Principal”.
Con el tiempo también trabajaría en el Esperanza Iris (1915).
En 1915, escribe, produce y
estrena su primera obra para teatro, “Al César”, en ella se observa un manejo
de las estructuras dramáticas que aun hoy son vigentes.
Después de su breve recorrido
por el cine, regresa al teatro en 1918, nuevamente da muestras de su iniciativa
y tenacidad, se presenta como empresaria con su propia compañía de zarzuela y
teniendo como director a Eduardo Arozamena.
En 1920 se presenta en el Teatro
Virginia Fábregas, luego trabajaría en la Compañía de María Conesa. Finalmente
se retiró en 1925, en parte por su edad (tenía 32 años) y porque nuevas
actrices, jóvenes y dispuestas se imponían. Temporalmente actuaría en algunas
presentaciones especiales junto a su gran amiga Conesa; entre tanto pasaba
largas horas en su casa, escribiendo y leyendo.
En 1930 se presentó
cantando junto al músico Agustín Lara. Pero sus últimas presentaciones las
haría en 1938, cantando con María Conesa y realizando presentaciones en el
recién inaugurado teatro de Bellas Artes.
ESCRITORA
A partir de 1912 (probablemente
había comenzado antes), inició su carrera como escritora, emulando a su madre;
sus escritos fueron publicados en distintas revistas literarias y finalmente
recogidos en una publicación denominada: “Realidades”. Generalmente sus
escritos eran revisados por su madre. Sin embargo no se circunscribió a
escribir para publicaciones, también creó una obra de teatro y escribió
argumentos para películas y para radionovelas.
En sus escritos se trasluce una
cursilería, sobre todo emocional, seguramente heredada de la tradición
literaria del siglo XIX, pero no son rebuscados ni artificiosos; tenía un gran
manejo de los diálogos y de las situaciones que se desarrollaban en sus
diversos escritos. Sus
colaboraciones aparecieron en publicaciones periódicas como Rojo y Gualda. Semanario
español. (México, 1916-1920); Castillos y Leones (México,
1921-1922); y en Novedades. Revista literaria y
de información gráfica.
Mimi, también escribió para
publicaciones de otros países, así mientras hacía una gira por La Habana entre
fines de marzo y junio de 1916 escribió, por lo menos, tres textos destinados a
la revista Bohemia de
aquella ciudad.
En 1921 se publicó su libro Realidades, que con anterioridad se
había publicado con el nombre de Páginas
sueltas, una edición que regaló a sus amigos.
Sus temas más relevantes están
relacionados con los problemas de las mujeres, sus personajes respetan o
trasgreden un deber ser de la época, en todos los casos se presenta su
consecuente castigo o premio, según el caso.
Después de ese
libro, no volvió a publicar sus escritos, lo que no indica que dejara de
escribir, sólo que esos no se conservaron. Más tarde, en la década de los treinta escribió
“argumentos para radionovelas”.
CINEMATOGRAFÍA (ACTRIZ,
ARGUMENTISTA, EDITORA, DIRECTORA)
La incorporación de Mimi al cine, pudo
ser un tanto obligada por el desempleo que afectó a los actores de teatro
provocado por los empresarios como respuesta a la formación del Sindicato de
Actores y Autores de Teatro, de cuyo comité ejecutivo ella era integrante. Pero
además de la necesidad, estaba la identificación. Mimí fue de las pocas
actrices de cine mudo que traspasó la barrera hacia el cine sonoro.
Para 1917 la Revolución parecía
concluida, con el triunfo de Carranza, los cinematógrafos se dieron cuenta que
al público ya no le interesaban tanto los documentales, preferían las películas
de ficción, por lo que muchos, entre ellos Enrique Rosas, creyeron que no
tardaría en surgir la industria cinematográfica, como ocurría en muchos países.
Por ello no tuvo inconveniente
en asociarse con Mimi en noviembre de 1916, no se sabe quien tuvo la
iniciativa, lo cierto es que obtuvieron el apoyo económico del entonces
gobernador Pablo González, a quien se le vinculara sentimentalmente con Mimi. Si
bien aquel general pudo participar como inversionista, pues lo había hecho con
otras producciones. La actriz provenía de una familia de clase media, por lo
que pudo disponer de su propio dinero, proveniente de la herencia de su padre y
otra parte de su esfuerzo y trabajo durante cinco años en el teatro.
Esta empresa no fue producto de
la improvisación, los socios se prepararon con antelación. Rosas ya era un
fotógrafo, propietario de un cinematógrafo, y había realizado sus propios
documentales; por su parte Mimi, en diciembre de 1916, viajaó a Los Ángeles
para visitar la empresa Universal City y posiblemente a tomar clases de
actuación (es decir, mímica del cine). Recopiló suficientes conocimientos sobre
todo lo que se necesitaba en una empresa cinematográfica.
Finalmente en marzo de 1917 se
funda la Azteca Films, que tenía como razón social Sociedad Cinematográfica
Mexicana Rosas, Derba y Cía. Fundó sus estudios en las calles de Balderas y
Juárez, en un terreno baldío cuyo edificio más acabado habría sido un hospicio
y luego cuartelón de bomberos, contaba también con un pabellón y los
departamentos necesarios para la producción de películas; de revelado e
impresión, utilería y administración. Estaban dotados de varios laboratorios,
sala de exhibición, camerinos y por supuesto un gran terreno que se destinaria
a sets de filmación.
Las películas que produjo la Azteca Films, fueron estelarizadas
en su mayoría por Mimi, quien además se dio tiempo para escribir los guiones,
producir y editar varias de ellas. Casi todas trataban de reproducir el tono y
las situaciones de los melodramas italianos, por lo que su éxito en taquilla
dependió más de la curiosidad del público que de otra cosa.
La actriz escribió el argumento
de la primeras de las películas que se produciría, En defensa propia que se estrenó en julio de ese año en el teatro Abreu
(dirección de escena: de Joaquín Coss; argumento: Mimi Derba; Dirección
técnica: Enrique Rosas). Luego se estrenaría Alma de sacrificio (Director de escena: Joaquín Coss; argumento:
José Manuel Ramos; director técnico: Enrique Rosas; música de Miguel Lerdo de
Tejada). Le sigue La Tigresa (Dirección
de escena: Mimi Derba; Argumento de Teresa Farías de Isassi; Dirección técnica:
Enrique Rosas), que sería dirigida por la misma Mimi. La creencia se centra en
que en la película no aparecían los créditos del director, Coss se encontraba
de gira en San Luis Potosí y Mimi, que no tenía la responsabilidad de actuar
tomó en sus manos la dirección, creencia que afirmó un periodista, que por
aquella época realizó una entrevista a Mimi, y la encontró dando disposiciones
y dirigiendo las escenas de la película y así lo plasmó en su reportaje. Es
posible que la actriz no pusiera su nombre en la dirección por la modestia que
la caracterizaba o porque simplemente no le tomó importancia a uno más de los
trabajos que tenía que hacer en la productora.
Las películas eran dramas al
estilo italiano; que intentaban mostrar la realidad mexicana, objetivo inicial
de Derba y Rosas, cuando manifestaron su intención de
realizar películas nacionalistas, que ensalzaran los valores y la cultura de
México. Sin embargo, la única película con tema patriótico producida por
la empresa -intitulada Chapultepec- quedó inconclusa y de sus otras
películas tuvieron que
suprimir muchas escenas porque ofendían a la audiencia, entonces los
productores tuvieron que conformarse con mostrar lo mexicano, pero de clase
media.
La siguiente película fue La Soñadora (dirección y argumento:
Eduardo Arozamena; dirección técnica: Enrique Rosas; Edición: Enrique Rosas;
Mimi Derba y Fernando Sáyago). A finales de ese año se exhibe En la Sombra (Dirección de escena:
Joaquín Coss; dirección técnica: Enrique Rodas; Argumento: Mimi Derba), que
presentaba a los artistas de una compañía italiana que había llegado por
aquella época.
Finalizaron ese año con un saldo
positivo; sin embargo pronto se dieron cuenta que su producción tendría un
futuro incierto por el control absoluto que las compañías extranjeras ejercían
en los sistemas de distribución, creando una relación de dependencia contra la
cual casi o nada podía hacerse y que vender películas mexicanas no sería un
buen negocio pues se tenían que enfrentar a los distribuidores americanos y en
México el mercado que hasta ese momento habían logrado captar estaba agotado. Entre
la vida y la muerte fue proyecto dirigido por Joaquín Coss y
estelarizado por Mimí Derba que quedó inconcluso al igual que Chapultepec.
Lo que decidió el fin de la compañía
fueron problemas de índole económicos. Mimi tuvo que regresar al teatro de
zarzuela.
No obstante Mimi, protagonizó en 1919 otra
película del cine mudo Dos corazones
de Francisco Lavillete. Más tarde aceptó un
papel en La linterna de
Diógenes (La linterna mágica) (1924/1925), película dirigida por Carlos Stahl,
antes de incorporarse al naciente cine sonoro.
Regresó al cine en 1931, en la
filmación de Santa, que se estrenó en
marzo de 1932, esta aparición marcaría una larga etapa como actriz de carácter.
También empezó a hacer papeles que imprimirían el tipo de personajes que podía
hacer: mujeres de la alta aristocracia, de vestir elegante y modales finos, con
carácter fuerte y con cierto poder de decisión.
Después incursionaría de lleno
en el cine sonoro; primero trabajaría en Sor
Juana Inés de la Cruz (1935), más tarde Mujeres
de Hoy (1936); Abnegación (1937);
Refugiados en Madrid y María (1938); El Secreto de la monja (1939); El
baisano Jalil; La razón de la culpa;
María Eugenia (1942); en 1943 filma
11 películas entre las más destacadas se encuentran: El espectro de la novia; Una
carta de amor; Mujer sin alma; México de mis recuerdos, entre otras.
En 1944 sobresale Me he de comer esa tuna. Al siguiente
año hizo 6 películas, sobresalen dos: Cuando lloran los valientes y Qué verde era mi padre!. En 1946 hace
dos películas: Rocambole y Cásate y verás.
En 1948 realiza dos
películas memorables Ustedes los ricos
y Salón México. Al año siguiente
participa en El seminarista y La Malquerida. En 1950 trabaja en Rosauro Castro y en otras ocho. Al
siguiente año hace tres; en 1952 participa en Dos tipos de cuidado. Finalmente
en 1953 trabaja en la que sería su última película Casa de muñecas.
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